Reseña: Viajar al Futuro
Dice la definición que la divulgación es el conjunto de actividades que hacen accesible el conocimiento (de algo) a la sociedad; divulga el experto cuando le habla a quién no lo es. Sabrán disculpar mi sesgo, pero la divulgación que a mi me gusta tiene un par de requisitos más: por un lado, debe ser entretenida y por otro, debe generar interés. Desde donde yo lo veo, la divulgación se parece mucho a la docencia: saber explicar a quién no sabe, siempre ganándose la atención. Bajo estos lineamientos, y aún sin haber estado nunca en una de sus aulas, me animo a decir que Walter debe ser un profesor de la ostia.
Walter Sosa Escudero es economista, profesor de econometría en la Universidad Nacional de La Plata, investigador y escritor de columnas y libros técnicos y de divulgación. En esta última categoría entra el recientemente publicado “Viajar al futuro (y volver para contarlo)”, el cuarto libro de sus aportes a la colección Ciencia que Ladra dirigida por el también genial Diego Golombek. El libro rojo (hace rato que los libros de Walter han pasado a nomenclarse en función del color de sus tapas) está a la altura de todos sus libros anteriores, tan cautivantes y sólidos como éste.
De alguna manera este libro es hijo de su época: el autor se mete de lleno con los pronósticos y las probabilidades, alternando momentos que me llevan a clases de estadística inferencial (donde descubro que no estudié lo suficiente) y momentos donde reflexiono sobre la inteligencia artificial, sus avances y sus limitaciones. Por algún motivo antes de arrancar con el libro imaginaba que él mismo estaría 100% centrado en justamente en la IA, pero nop. El aprendizaje automático y el aprendizaje profundo están cambiando muchas cosas pero hay algunas que difícilmente puedan cambiar y dar un paso hacia atrás del hype para recuperar panorama es una jugada que Walter ejecuta de manera maestra.
Si leyéramos este libro tirado en una reposera con el único propósito de pasar el rato, el libro funcionaría perfectamente bien. Pero la magia acá es que, disfrazado de anécdotas y chistes, Walter nos hace un regalo que es valiosísimo (siempre, pero hoy más que nunca): pensamiento robusto. Roccatagliata no podría escribir un libro así, al menos no por ahora. No dejen de aprovecharlo.
(…y de paso se enteran quién es Roccatagliata)